Coordendas actuales...


COORDENADAS ACTUALES...







Guerrero Negro, Baja California, Mexico. Las Ballenas Grises llegan a descansar a estas bahias.





Ruta recorrida (Mapa en construcción...)







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(si quieres escuchar a Armand Amar, play y relax...)







































sábado, 1 de octubre de 2011

El Pantanal Brasileño. Una Mecca de la fauna.

Un par de días más tarde, una lancha rápida me llevó en cuatro horas desde Iquitos a la triple frontera Peru-Colombia-Brasil, con las colidantes poblaciones de Sta.Rosa-Leticia-Tabatinga, respectivamente. Sellé mi pasaporte de salida del Perú -tras dos meses de estancia- y entré en Colombia, quedándome a descansar unos días en un albergue de Leticia. Allí conocía a la persona que llevaba el hostel, Gustavo, un gran tipo, con el que -puesto que teníamos intereses de lectura muy similares- intercambiamos libros. Su "El poder del ahora"  de Eckhart Tölle, por el mio, "Conciencia",del  revolucionario sabio: "Osho".

Días más tarde estaba embarcandome  de nuevo para continuar la navegación del Amazonas y hacer el trayecto  de Tabatinga a Manaos, capital de la amazonía brasileña (más adelante creo que haré un entrada exclusiva para contar  lo que fué la navegación del gran río).
Por unos temas de fechas, tuve que cambiar de planes una vez más. En este caso tenía que reducir mi estancia en Brasil, para poder llegar a Alaska en verano antes de las nieves (esto era cuando todavía pensaba llegar a Alaska, pero eso también cambió más tarde). De forma que dejé los últimos dos tramos de navegación Manaos-Santarem y Santarem-Belem para otra ocasión, y opté por dirigirme ya desde Manaos directamente a una de las más increíbles Meccas de naturaleza del planeta: El Pantanal.

El Pantanal se encuentra en el interior occidental del país y es el mayor humedal del mundo, y considerado como el lugar más rico del mundo en biodiversidad de fauna y flora. Constituye una llanura aluvial, que estacionalmente, con las lluvias y el desbordamiento de cinco o seis ríos -pricipañmente el Paraguay-, llega a cubrirse en más de un 85% de su totalidad.
Tiene una superficie de más de 200.000km2 (la mitad de todo el territorio español) con un 80% de ésta en territorio de Brasil (Mato Grosso y Mato Grosso do Sul) y un 20% entre Bolivia y Paraguay.

Llegué a Cuiaba -capital del estado de Mato Grosso- y principal base para el asalto al Pantanal. Allí contacté con Joel Souza -que es uno de los guías más antigûos- y con el que estuve en el Pantanal  hace ya diez años con Fernando (si Fer, diez años ya!), en el 2001. Allí, por aquel entonces, fué la primera y única vez que su Majestad el Jaguar se mostró. Asi que, empezaba ni segunda visita a este magnífico lugar con la esperanza puesta en tener una segunda oportunirdad de verlo.

Joel se acordaba de mi, y me alojó en su casa sin cobrarme como si fuera uno más de la familia. Dos días más tarde salimos para allá, por fin...

Esta es la entrada a la Transpantaneira. la única via de acceso que se adentra en el Pantanal.

Desde Cuiabá se tarda unas tres horas -via Poconé- en llegar hasta la entrada de la Transpantaneira,  carretera que casi en línea recta se adentra en el Pantanal a lo largo de aproximadamente 160km, atravesando alrededor de 125 puentes para poder sortear los innumerables cursos de agua.

La fauna es apabullante, y en menos de veinte minutos de recorrido por la carretera vi más especies de fauna que en quince días en el peruano río Curaray: yacarés (el caimán del Pantanal), todo tipo de aves rapaces y acuáticas, capibaras, etc... Es el paraíso del amante de la fauna.

La razón de por qué este lugar es sobresaliente para el avistamiento de vida salvaje es muy sencilla. Aqui, hay varios ecosistemas que coexisten a la vez: pantano permanente, humedal estacional, selva neotropical y sabana, entre otros más minoritarios. Pero el predominante -sobre todo en época seca- es la sabana. Es prácticamente el mismo ecositema que la sabana africana -de hecho recuerda muchísimo a las grandes planicies keniatas y tanzanas-, es decir grandes extensiones de matorral bajo o muy bajo -pasto-, combinado con pequeñas concentraciones de árboles diseminadas más o menos grandes.

Lo cual quiere decir que los animales tienen que salir a campo abierto para moverse, procurar alimento o reproducirse, con la consiguiente facilidad para ser avistados. No lo tienen tan fácil para ocultarse como en la Selva Esmeralda, que es una densa espesura, donde puedes tener un tapir del tamaño de un venado grande, o un jaguar, o una anaconda, o cualquier otra cosa a menos de cinco metros de tí, y resulta imposible detectarlos si permanecen en silencio. Aqui no.

El otro aspecto característico de este lugar, es que la fauna no teme especialmente al hombre (exceptuando los felinos y animales predominantemente nocturnos). No quiere decir que salgan al encuentro de uno, sino que si topas con ellos, no tienen miedo y se mantienen allí unos instantes observando curiosos (como por ejemplo pasa en las islas Galápagos, aunque allí se presenta de forma todavía más acentuada). Cosa que tampoco pasa en la selva. Por tanto, es obvio que aqui se dan las condiciones ideales para el fotógrafo de naturaleza.


Amaneceres pantaneiros...


Los "pantaneiros" son lo que habitan en este lugar, dedicándose básicamente a la ganadería y agricultura, por este orden. En casi todos los parques nacionales se genera conflicto entre los locales y la vida salvaje, principalmente con los super depredadores (como puede ser entre el lobo y los pastores en la España de antaño). Sin embargo, aqui ese problema no es frecuente pues estos (jaguar, puma y anaconda)  tienen un alto volumen de comida accesible y no es necesario recurrir al ganado. Aqui el problema viene principalmente por la pérdida de habitat natural para crear pastos y los productos químicos para trabajar la tierra.

Oso hormiguero enano o "Tamandúa". Era la primera vez que veía esta especie, y aqui vi tres en ocho días. Es trepador, y se alimenta principalmente de termitas tanto terrestres como arborícolas. Tienen una vista bastante deficiente, pero un olfato y oido sobrenatuirales. Es un animal extramadamente relajado, y es capaz -como en la foto y si uno se mantiene en absoluto silencio- de dormirse mientras uno lo esta observando.Otro día nos cruzamos con una hembra que llevaba la cría agarrada a su espalda, a menos de tres metros de nosotros, y se mantuvo allí, olfateándonos y tratando de averiguar que éramos.

Uno de los primates menores más inteligentes, el mono Capuchino, desayunando en las copas de los árboles, a la orilla de un lago.

Atardece en un área de semi-arbolada del Pantanal.

Las zonas inundadas -sean pantanos permanentes y humedal estacional- están plagadas de Yacarés, a veces en cantidades tan enormes que parecen irreales.


Esperando a que caiga la noche para cazar.

Se estima que la población de yacarés ronda los dos millones de individuos.

La mejor hora para ver serpientes es por la noche. La guía del grupo. al ver que estaba bastante familiarizado con los bichos y era sensato y conservador- me dió la "carta blanca" para hacer lo que quisiera. De esa forma, desde las distintas "fazendas" (haciendas o alojamientos) en las que estábamos, me dediqué a salir yo sólo -la mejor forma de ver animales- al amanecer, anocher y en las horas de menos calor- a tratar de avistar vida salvaje .Especialmente los más difíciles de ver -como serpientes o felinos- o todas aquellas especies que no había visto todavía.
En este caso, me encontré con una pareja de culebras del género "Colubridae", las cuales no son venenosas.

La cigûeña más grande que existe, el Jabirú. Aqui en su nido cuidando de sus pollos recien nacidos. Tienen un amplio espectro de alimentación incluendo pescado, anfibios, pequeñas aves, reptiles y roedores, incluyendo carroña, de darse la oportunidad.

Aqui se puede ver una zona mixta de sabana con con concentración arbórea al fondo. La niebla matutina da oportunidad a los depredores de continuar con su caza, que iniciaron la noche anterior.

La nutria gigante, como siempre, saliendo al encuentro de los extraños e intentar amedrentarlos con sus peculiares gritos. Especialmente cuando tienen crías o la madriguera del clan está cerca.

Lagarto terrestre pantaneiro, parecido a la iguana.

El impresionante guacamayo azul y amarillo (Ara Ararauna). Una pareja de ellos solía acudir por la mañana temprano a una de las fazendas en las que estábamos, a comer fruta en los árboles circundantes. Su vuelo y griterío, una vez los has visto y escuchado, son inconfundibles.

El sol lucha por salir entre la espesura, en las áreas arboladas. Apenas media hora antres me había encontrado con la hembra de Tamadua con su cría.Todavia puedo recordar los sonidos de este momento. Yendo sólo todo es más intenso, y se graba a cincel en la memoria.

Una especia que sólo había visto fugazmente en la selva boliviana, el "Coatí". Este es un mamífero omnívoro, de lo más voraz. Como de casi todo, son grandes trepadores y excavadores, con unos prodigiosos sentido, especialmente olfato. Bello animal. 

Una de las noches que salí a caminar y buscar animales, había luna llena. Con el cielo despejado, había tanta luz que casi no necesitaba la linterna, asi que la apagué, y continué hasta que se me acostumbró la vista. A pesar de ello, unos minutos más tarde casi piso a un enorme capibara que estaba durmiendo a un lado del camino. Mas tarde, unas nubes  oscureción un poco la noche. Al rato, escuché algo arrastrarse cerca...muy cerca... y esto es lo que me encontré cuando encendi la linterna. Dos yacarés de aprox 3m caminando -supongo que buscando crías de capibara para cenar- a ambos lados del camino. Interesante. Por cierto, no me hicieron mucho caso.  

El guacamayo "Jacinto" es endémico del Pantanal. No existe en ninguna otra parte del mundo. Tienen un gran tamaño -mayor que el azul y amarillo- y un enorme pico con el que sin esfuerzo abren unas frutos secos que a nosotros nos costaría hacerlo con un martillo.Alucinante herramienta e increíble fuerza..

Interesante serpiente cruzando el camino, que todavia no he podido clasificar. Al principio me pareció una cría de anaconda, pero al final quedó descartado.

Típica familia de capibaras en la orilla del río.

Dos garzas reales huyen del ruido del motor de nuestro bote.


Fascinante reptil que nunca antes había visto. Es un lagarto-caimán. Como podéis ver es una especie de mezcla entre uno y otro. Menos la cabeza, el resto del cuerpo parece un pequeño caimán, con las caracterísiticas escamas de éstos. Difícil de ver, cruzó el camino corriendo y desapareci'on entre la espesura...no sin ants girarse unos segundos a curiosear...

Normalmente el plan de los dias variaba en funcion de las condiciones del area donde nos encontrabamos, pero basicamente consistia en levantarse temprando antes del amanecer (4am o 5am), sin desayunar salir a caminar con la linterna (y pendiente de no pisar nada raro...) y con la mejor actitud de avistar animales, aproximadamente entre dos y cuatro horas. Luego de vuelta al campamento se desayunaba, y se volvia a salir hacia otra zona, por otras dos o tres horas, hasta como muy tarde las doce del mediodia, cuando el sol es ya muy pesado, y se volvia de nuevo a descansar un rato y almorzar algo mas tarde.
Yo ya no salia hasta las 5.30pm o asi, justo antes del atardecer, el otro buen momento del dia para toparse con los moradores  de estas tierras. Estas horas de ocio venian muy bien para revisar fotos, leer, escribir, dormir, o simplemente charlar con el guia o el resto del grupo.

Dos dias mas tarde, fuimos hasta el campamento llamado "La onca" (el jaguar), situado al final de la Transpantaneira. Un lugar donde la concentracion de jaguares es apreciablemente mas alta, y donde, este epoca, habia muchas posibilidades de ver uno,aunque obviamente todavia uno debia tener suerte. Ademas, a diferencia de las otras "fazendas", en esta no estaba permitido salir a caminar al atardecer o por la noche, pues decian que era peligroso. A los jaguares les gusta andar por las cunetas del camino y de las sendas, y segun me contaron, hacia un par de meses habia habido un "accidente" con un turista...que no sobrevivio...en fin...

Salimos antes del amanecer y embarcamos en un pequenyo bote,para navegar por  el rio Cuiaba, Clarinho y otros dos pequenyos rios mas, en silencio,y atentos a las riberas, donde les gustaba salir fuera de la espesura, a cazar un yacare o un capibara, o simplemente tumbarse en la area o un tronco a la sombra a dormitar. Estabamos en el centro de la epoca seca, cuando el nivel del agua se prestaba para ello, y por tanto se repetia este comportamiento, anyo tras anyo. Asi que se daban las condiciones perfectas...el tiempo ideal.

No hubo suerte, y ya sobre las 3pm, cansados y quemados por ese sol abrasador, decidimos batirnos en retirada, y dar por concluida la busqueda ese dia, un poco tristes por no haberlos encontrado, pero con la energia y la confianza puesta en que fuera al siguiente.

Dos horas mas tarde, ya viejando por la transpantaneira de vuelta en la camioneta, y cuando casi todo el mundo estaba dormido, el conductor freno bruscamente y grito: Onca!!! Onca!!!. Tarde dos dos segundos en reaccionar, y cuando saque la cabeza por la ventanila para mirar hacia delante del camino, alli lo vi. No lo podia creer. Un gran jaguar habia cruzado la carretera, y se habia detenido al otro lado a observar el vhiculo con curiosidad. No tengo ni idea del tiempo exacto que permanecio alli, pero creo que pudieron ser como treinta o cuarenta segundos...que parecieron una eternidad!!, en la que me dio tiempo de tomarle mas de ochenta fotos.
Estuvo alli parado mirandonos con cara de depredador, y segundos mas tarde, jadeante por el calor, incluso se sento apaciblemente mientras seguia mirandonos, poco antes de levantarse de nuevo y desaparecer entre los arbustos y el rio.

Pudimos comprobar, como dicen los locales en la selva, que cuando el jaguar esta cerca, la jungla se queda en silencio...y asi fue, todos los cantos de pajaros, insectos,etc.. habian desaparecido, y se habia generado un silencio extranyo, forzado y tenso...

Que mas os puedo decir, Su Majestad se nos habia mostrado. Nadie lo podia creer. Fueron momentos emocionantes e inolvidables. Tan solo observar la mirada de esa fantastica criatura...es todo elegancia, belleza, armonia, se muestra enormemente poderoso, altanero...es casi magico, como de otro mundo...al menos a mi asi me lo parece...












Otro dia,cuando habiamos parado sobre uno de los puentes a observar un comportamiento inusual de los yacares, como nadando todos lentamente en la misma direccion...de pronto vimos pasar como a unos doscientos metros de nosotros mas adelante en el camino, algo que nos costo unos segundos reconocer por su extranya figura...Era otro enorme jaguar, que acababa de cazar un yacare adulto de casi 3m, y estaba saliendo del rio, empapado, y arrastrando el enorme reptil agarrado, cerrando sus fauces sobre la garganta del mismo. Era tal el peso de la presa, que el jaguar,muy concentrado y andando con pesadez, ni siquiera pudo levantar la cabeza para mirarnos, y simplemente cruzo el camino para buscar un lugar tranquilo donde devorar su presa.
La comida es la comida,no?, y ademas no consideraba a un rostro palido una amenaza real que se la pudiera robar.

Todo ocurrio tan rapido que no iba a llegar a tiempo de coger la camara y disparar, asi que opte por disfrutar el momento, e imprimirlo en la retina.
Eso era lo que pasaba, por eso todos los yacares estaban huyendo en direcciion contraria a donde acababa de perecer uno de ellos. Nada es casualidad...
Esto fue, ver, vivir el Pantanal en su pura esencia, el predador y el predado, la supervivencia, la vida y la muerte, la historia mas antigua de la tierra, alli, ante nuestros propios ojos.

Que mas podia pedir? que placer. Era tal la alegria que anduve unos dias con la sonrisa de oreja a oreja, feliz, y con sensacion satisfaccion, como si hubiera conseguido algo...aunque en realidad no era asi, habido sido un regalo de la Selva Emeralda...esta no tan verde y densa, pero Selva Esmeralda igualmente.

Sin embargo, todavia nos iba a obsequiar con dos encuentros mas. En la zona de los rios donde estuvimos navegando hacia unos dias, vimos a otro jaguar cruzando el rio a nado en la distancia (a una velocidad que nunca imagine antes), y a otro de ellos que estaba tratando de buscar el lugar mas idoneo para hacerlo, y permanecia emboscado observando o saliendo a la orilla caminando lentamente para volver a ocultarse.




El felino mas grande de las americas, uno de las criaturas mas elusivas del reino animal, el objeto de veneracion por parte de los indigenas, el adorado espiritu por parte de los chamanes durante miles y miles de anyos y por cientos de culturas distintas. Su Majestad El Jaguar. Ahi lo teneis.


Esos dias fueron impresionantes, que nos depararia el nuevo dia?..
Creo que este apabullante, magnifico e incomparable lugar, El Pantanal, me vera de nuevo...bueno, creo, no...estoy convencido de ello.


lunes, 26 de septiembre de 2011

La Selva Esmeralda...en Perú. Río Napo-Curaray-Arabela.


Tras Manu, unos días de descanso en el Cuzco, y otros tantos luego en Lima, donde me dediqué además a ir recorriendo los magníficos restaurantes de la capital, algunos de ellos con mi amiga Tita, que ahora está viviendo allá, lo cual yo ignoraba.
Lima es la capital, también, de la gastronomía latinoamericana (con el permiso de Sao Paulo), asi que para los amantes de la buena cocina (y para los que salen de la selva hambrientos...) es un verdadero placer. Asi que, sin planificarlo, me encontré celebrando mis 39 lunas, cenando en el Astrid&Gastón de Lima con Tita, que fué una de las mejores cenas "ever" (atención a los sibaritas!! hay uno en Madrid, NO os lo perdáis!!)
Titaaaa, muchas gracias por la cena, fue co-lo-sal!

Mientras, me aloje en el hostal B&B Tradiciones de Miraflores, donde estuve como en casa con la familia Gandullia. Allí pasé largas horas de lectura, pero también otras muchas de charla con Angelo. Angelo, te envio un abrazo! A parte de las atenciones de Angelo, su hija y su nieta, Keri y Andreita, me cuidaron tanto, que nos hicimos "patas", y al final ni me quería ir de allí. 
Tita, Keri, Andreita, un beso a las tres!!


La navegación del Amazonas la comencé en Pucallpa (otras la comienzan mucho antes...no Wendy?) y tras tres días de retraso, el barco zarpó por fin. Fueron cinco días de relax, silencio, bellos parajes, luz, noche, mosquitos, meditación, compartir, sorpresa, observación, largas charlas, gente variopinta...días de bitácora, enriquecedores por dentro y por fuera, muy recomendables para cualquier viajero...y también, fueron días de disfrutar de la compañía de una de las personas mas interesantes que he conocido en esta vida... evolución, conflicto, progreso, bienestar, paz, pasado, presente!, futuro,  ?, reflexión, acción...otras vidas??

Cinco días mas tarde, llegamos a Iquitos, capital de la amazonia en Perú. No había pensado pasar más de una o dos noches allá, pero en el barco me hablaron de un lugar increíble de bosque primario, muy bien conservado, y aunque muy lejano, extremadamente rico en fauna, donde prácticamente no se asoma ningún extranjero, erl rio Curaray, un gran afluente del alto Napo. Asi que cambié de planes y me dispuse a investigar como llegar hasta allá. En un par de días pude constatar que ninguna de las agencias la ciudad llegaban a esa zona. Una zona sin comercializar...uhm...me entró más interés todavía. Una vez más, la única forma fué buscar una guía "freelance", un canoa a motor con conductor y una cocinera. El mejor individuo que pude encontrar no me convencía plenamente, pero parecía que conocía la zona bien y era mínimamente serio. 
Un día mas tarde de negociar el precio, de aprovisionarse de todo lo necesario (comida,gasolina,repuestos para el motor,hamacas, mosquiteros,etc,etc..)  nos embarcamos por quince días, pues el lugar era remoto, y el motor era un "peque-peque" (como los llaman en el río) de 13CV. Los gentes del Napo habitualmente utilizan los de 5CV, asi que, a pesar de todo, nosotros ibamos a ir en un "bólido".

Esta expedición, finalmente, resultó una de las más raras que he vivido. Los dos o tres primeros días fueron peculiares por varios motivos (en los cuales no voy a entrar, pues necesitaria cinco blogs...), pero no por ello entrañables, curiosos, y hasta en algunos momentos, memorables para mí.

A partir de ahí, todo fué mutando un poco. A pesar de ir remontando río arriba con semejante minúsculo motor, ibamos a buena marcha. De vez en cuando nos adelantaban los potentes transportes de las compañías petrolíferas con más de 200CV, pero también nosotros lo hacíamos con los 5CV´s y con las canoas a remo. La navegación real comenzó a partir de Santa Clotilde, la comunidad más grande y capital del Napo. Llevábamos una cocina de gas en el bote, asi que eramos totalmente autosuficientes. Sólo teníamos que ir abasteciéndonos de comida y combustible en la comunidades, a medida que fuésemos necesitándolo.

Tras largos días de navegación por el Napo, y luego por el Curaray, me fui dando cuenta que a pesar de la increíble presencia de la vegetación, tremendos y frondosos acantilados verdes a ambos lados del río...no avistábamos fauna. Día tras día, rara vez veíamos algún pájaro, un guacamayo aqui, un tucán allá...pero poca cosa. Algún delfín rosado despistado de vez en cuando. Me habían hablado de hordas de cerdos salvajes, tapires, jaguares, ocelotes, caimanes negros de cinco metros, anacondas, águilas arpías... 

En algunas comunidades nos hablaron de un lugar más remoto todavía, el río Arabela, un pequeño afluente del Curaray, el cual, de hecho cruza la frontera y se adentra en Ecuador.Implicaba dos días más de navegación, pero era mi última esperanza. Me equivocaba de nuevo...Era como si la fauna hubiera desaparecido...noche tras noche, día tras día, ibamos explorando una Selva Esmeralda muda, majestuosa perto casi totalemente silenciosa, vacia, apagada...Todo esto fué, además de muy triste de presenciar, una gran decepción.

La explicación la fuí entendiendo pronto; una compañia petrolífera franco-americana consiguió la concesión para explotar los yacimientos de gas y crudo de la zona hacia ya unos años, y seguía abriendo nuevos pozos y haciendo prospecciones. Esto unido a la acción de los madereros ilegales que entran hasta lo más remoto, con sus motosierras, retro-excavadoras (para arrasar los árboles...) y maquinaria pesada varia, junto a las necesidades de proteína animal de las comunidades del área, formaba el desafortunado cóctel explosivo. 
Los dos primeros, contaminan o producen un ruido infernal, y todos  ellos tienen que matar todo tipo de animales para comer, pues el transporte de provisiones fluvial es caro y lento. Resultado, la fauna ques consigue sobrevivir, huye inmediatamente al primer signo visual o acústico del rostro pálido. Desastroso. 
Imaginaros unos parajes de increíble belleza, pero sin habitantes o muy pocos, que huyen constantemente hacia los confimes de la espesura, buscando un lugar donde vivir sin que un puñado de plomo los acribille cada vez que se despistan un segundo...esta es y ha sido por los últimos diez o quince años la triste situación, que se está extendiendo por las últimas zonas privilegiadas de la amazonía.

Una vez asumí esto, y digerí el decepcionante malestar, decidí que no me iba a amargar y que iba tratar de disfrutar los seis o siete días restantes de otra forma. Dejando a un lado el avistamiento de vida salvaje -sí, guarde los prismáticos en la mochila- y prestando mas atención al aspecto cultural de las comunidades, invirtiendo todo el tiempo en charlar con sus gentes, escuchando sus historias, leyendas, alegrías y tragedias, mitos,miserias, a la luz de una vela en sus cabañas o compartiendo una comida. Resumiendo, tratar de entender mejor el aspecto humano de la amazonía, como viven sus moradores, no quedarse en la superficie, en la imagen bucólica de las comunidades desde el río, no sólo mirarlo, sino acercarse más. Aprender de ellos.Y eso es lo traté de hacer. 

Por tanto, también hubo que aprender algo: No por ser un lugar más remoto  y desconocido está mejor conservado. Al menos no siempre. Conclusión? Más investigación antes de partir, aunque muchas veces sea una tarea ardua. 

Tras el desayuno, pasábamos prácticamente todo el día navegando río abajo, largas horas, tan sólo parando para almorzar, y continuar hasta justo antes del ocaso, cuando el día finalizaba parando en una comunidad. Allí buscábamos una casa disponible donde colgar nuestras hamacas para dormir, cosa que casi siempre ocurría. Si no era así, las colgábamos en el interior del mismo bote, y allí, colgados como monos araña, enlatados, dormiamos los cuatro; Pepe el guía, Leónides el motorista, Gilder la cocinera y yo. 

Era en esos momentos de la noche cuando pasábamos gran parte del tiempo hablando con la gente. No os imáginais, en cuanto se ha roto el hielo inicial y ven que "el gringo" (aqui nos llaman gringos a todos los extranjeros) habla su idioma y que le interesa lo que tienen que decir, la cantidad de historias salen una detrás de la otra. Os aseguro que podría dedicar un blog entero a estas historias...animales extraños, ruidos terribles en las noches, anacondas gigantes que salen de las profundidades por las noches, lagos en los que el agua hierve sin explicación, apariciones de extrañas criaturas medo hombre medio animal, espectros demoníacos que los agreden, desapariciones de adultos y niños que nunca jamás aparecen, canoas que naufragan sin causa aparente, remolinos terribles que aparecen y desaparecen y se tragan canoas, tapires con pelo largo y cuernos, el demonio de la selva que rapta niños, grupo de gringos y guias que son acosados por espíritus en las noches, cazadores que matan jaguares en propia defensa, brujos que asesinan niños para obtener más poder, chamanes que se convierten en anacondas o jaguares, serpientes con patas, rituales con ayahuasca conectando con el más allá -el de fuera y el de dentro-, voces humanas en lugares desiertos, apariciones del espíritu de la selva representado en forma de figura humana "enana", serpientes venenosas que matan a familias enteras, y un largo etc,etc,etc...
Las historias más comunes son las de encuentros con "tunchis" (espíritus, buenos o malos), en forma humana o en forma de animal extraño. Todos los temen y realizan sus propios rituales para protegerse de estos. Algunos, incluso tomas hierbas en infusión que les da al chamás para ello.vEsto pasa a día de hoy. Este es uno de los contrastes de la gentes amazónicas, sean indígenas o mestizos. A pesar de ir vestidos con ropas, ir a la ciudad de vez en cuando, o tener móvil o un moto-taxi, siguen manteniendo todos estas creencias y ceremonias. La gente normalmente -y en función de la cercanía o lejanía a la ciudad- va al chamán antes que al médico, o cuando éste no sabe solucionar el problema. Desde luego, siempre van, por ejemplo, después de haber tenido un encuentro con algún "tunchi" en la selva.  Cuando eso ocurre, enferman inmediatamente con todo tipo de síntomas, y ahí, obviamente, como dicen ellos, el médico: "no sirve".

También uno ve -y comparte-como todo el mundo, se asean y bañan todos los días en el río.. Los insectos en algunos lugares son algo desesperante, y no tienen repelente alguno. Lugares donde parábamos a estirar las piernas o a orinar, antes de ir a por el repelente al bote ya tienes todo el cuerpo acribillado de picaduras, en tan sólo unos minutos. En esos lugares vive gente. 
El calor, la comida repetitiva y monótona de plátano, yuca y arroz, quizás frijol o pollo, y papaya o piña si ese año la "chacra" (huerto) no se ha inundado y ha rendido. Si hay caza o pesa, hay proteina, si no, no. El no poder pagarle estudios secundarios a los hijos en la ciudad, el estar enfermo y no tener medicamento a mano o que el médico más cercano esté a dos tres días de canoa, es su día a día. A veces, incluso no tener mucho que dar de comer a todos los niños. Es habitual haber tenido hijos con varias mujeres (algunos hasta doce o quince). A veces se hacen cargo de ellos, a veces  no.
Todas estas condiciones fluctúan mucho, en función del tamaño de la comunidad y la cercanía a una ciudad. Hay unas en un extremo, con tiendas, supermercado, antenas parabólicas y bar, otras de niños con vientres abultados de desnutrición. y otras en un término medio. Vimos de todos los tipos.

Sin embargo algo común en casi todas ellas es el consumo del "Masato". Bebida alcohólica de yuca fermentada que ellos mismos hacen. Cuanto más lejos de la civilización, más se bebe. Tienen pocos pasatiempos más, después de trabajar en la "chacra" o las labores caseras. Todo el mundo bebe, hombres, mujeres, ancianos y niños. Es una parte fundamental de la cultura amazónica que nunca falta en una comunidad, unos litros de "Masato". 
Este se hace a partir yuca cocida, que una vez pelada y machacada, las mujeres la mastican y la escupen a un recipiente en forma de pequeña canoa: Luego, por el efecto de la saliva, la yuca mascada fermenta tras dos o tres días (a mas días más fuerte), quedandose en forma de una pasta amarillenta, que luego mezclan con agua de río. Luego, las mujeres la sirven en los "mates" (recipiente hecho de un fruto llamado asi), con la mano eliminan la pulpa fibrosas de yuca que hayan quedado sin masticar, y la reparten a los  hombres o visitantes.
Cuando llegas a una comunidad, lo primero que hacen, por cortesía, es ofrecer "Masato". Y uno no se puede negar, pues lo se pueden ofender por ello. También lo beben para quitar el hambre y dar energía para trabajar. Algo así como hace los campesinos de las tierras altas de la sierra con la hoja de coca (debo confesar que yo prefiero la hoja de coca, por más de diez cuerpos...)
Recuerdo en alguna ocasión, llegar a una pequeña comunidad lejana, y encontrar a absolutamente todo el mundo totalmente borracho. No lo podía creer. Normalmente no hay problemas, pero de vez en cuando, tras uno o dos días de tomar y tomar, a veces una pelea se complica y el machete entra en escena. Otras veces alguien se cae de la canoa y se ahoga (esto es mucho más frecuente): Pero hay que decir que tienen una resistencia nunca vista a dicho alcohol, y habitualmente todo se desarrolla en armonía.

Pero esto no es lo único que uno se encuentra en estos lugares. En absoluto. También uno encuentra armonía y buen humor, alegría, muy buena educación, gente compartiendo y ayudándose, escuelas, iglesias,fiestas y celebraciones, niños jugando y riendo,  mujeres lavando y cantando, hombres contando historias y bromeando, adolescentes coqueteando,...Todo lo anterior se entremezcla.

Esas dos semanas fueron muy buenas para seguir entendiendo como se vive en la Selva Esmeralda, que al final es conocer más a la Selva Esmeralda, a la verdadera, no a la del National Geographic que vemos por la televisión.Y os aseguro que el concepto que tengo hoy, no tiene nada que ver al de hace seis meses. Nos es ni mejor ni por, simplemente se acerca más a la realidad..

Asi que me dediqué a retener todas estas vivencias en la retina, más que en la cámara (además no me gusta tomar fotos de gente, a no ser que ellos mismos lo pidan, o sea la situación apropiada), tratando de vivirlo al máximo.Estas son algunas de las pocas fotos que tomé..



Este es Artemio. Uno de los últimos cinco indígenas puros de la etnia "Arabela", moradores del río del
mismo nombre. Vino con nosotros para hacernos guiarnos por la selva. Sus hijos no hsn querido aprender la lengua "arabela",de forma que cuando estos últimos cinco desaparezcan,la lengua lo hará con ellos. Una más...desafortunadamente. 

Dos niñas mestizas lavan la ropa de la familia a orillas del río Curaray, en la comunidad llamada "Soledad".
Allá pasamos dos noches.


Al atardecer, volviendo de chequear las redes que habíamos colocado por la mañana.


Leónides -el conductor del bote-, con uno de los peces más sabrosos que pescamos. Le llaman "Churero", por que se alimenta únicamente de "churos" (caracoles de río). Jamás había visto un pez así, el cual estaba absolutamente acorazado desde el morro hasta la cola, tipo armadillo. Las aletas pectorales eran como dos duras sierras, que utiliza
como defensa.


Esta es Nataly. Una bebe de mono lanudo colorado que Pepe compró en una comunidad y que nos acompañó
por más de una semana. Me pasaba horas y horas jugando con ella, riñéndola como si fuera una niña traviesa y acunándola para dormirla por noche. 

Una vez ahumado el Churero, Gilder lo cocinó en un fantástico guiso acompañandolo con yuca, maíz y especias llamado "Mazamorra". Tras no haber cenado la noche anterior, ese día tuvimos un espectacular desayuno.



Hacia años que nadie había atracado en este campamento, asi que hubo que invertir unas horas en despejarlo para poder amarrar el bote y colgar las hamacas unos metros orilla arriba.

Con Artemio, tras preparar mi hamaca.


De vez en cuando la gente te llama desde la orilla para pedir por favor llevarlos. Normalmente es constumbre en el río siempre parar por cortesía y ayudar a la gente que no tiene canoa ni bote. Ese día recogimos a una señora sastre que iba por las comunidades buscándo clientas. Nos contó que hacía seis meses los médicos la deshauciaron, y que la sanó un chamán en dos o tres rituales.

Llevando la canoa de Artemio en el bote para poder meternos por pequeños "caños" del río principal, a pescar o buscar animales, mientras pasamos por una pequeña comunidad de tres o cuatro familias.



Paramos aqui a ver si estas familias tenían fruta en sus huertos (chacras) para poder comprar. No fué asi, sin embargo...

Esta es la pinta que tenía el bote cuando no encontrábamos casa para dormir y lo hacíamos en el bote.

...sin embargo si que tenían otro tipo de comida, tenían un criadero de "cuyes"(conejos de indias), algo bastante insólito en la amazonia. A la izquierda en el suelo se puede ver la pequeña zona cercada y los cuyes al fondo.

La cabaña de la comunidad "Soledad" donde dormiamos, cuyo dueño dió la casualidad que era primo lejano de Pepe, el guiá, asi que nos recibieron con "rios" de masato. El bote con techo de paja del fondo es el nuestro.

Típica escena que se repite en casi todas la casas que visitábamos: redes, canoas, remos, ropa tendida y animales domésticos correteando.

Niños de "Soledad" que venían todas las mañanas a saludarnos curiosos por ver al gringo.

Un señor que recogimos y lo llevamos durante un par de días nos quisó pagar con un pequeño caiman que acababa de cazar. Dos horas más tarde estaba asado a la brasa, en el plato, al lado de "maduro frito" (`plátano dulce), arroz y fríjoles, para el almuerzo.De carne blanca, especialmente la de la cola, es excelente.
La querida Nataly, soñando con plátanos...


El transporte de madera -quizás talada ilegalmente- por el río es muy frecuente. Simplemente la aseguran entre sí y la llevan con la corriente río abajo, guiándola con uno o dos botes. Los hombres se llegan a pasar más de quince o veinte días viajando sobre los troncos hasta llegar al destino.

Con el paso de los días, la proa de nuestro bote iba teniendo esta pinta de despensa.
Una calle de la capital de la región del Napo, Santa Clotilde. Gilder -de azul-, nuestra cocinera, iba a hacer unas compras antes de partir.
Niña de Santa Clotilde jugando en unas canoas enfrente del puesto médico intinerante.


Haciendo la colada en la balsa flotante del baño. Aqui el río Napo lo es todo, y al río va todo.

Inmenso el río Napo.... En estas zonas hace cuatro o cinco años se producían tiroteos entre narcotraficantes por ganar el control de las mejores zonas para pasar la marihuana y cocaína hacia Colombia y Brasil.. A día de hoy está un poco más controlado, pero todavia hay bastante actividad. En los quince días no vimos ni una patrullera de la policía, con lo que estas áreas son "agua de nadie", y los narcos actuan casi con total libertad.
Ya durantoe nuestra vuelta a Iquitos, tomamos un atajo por un "caño" que sólo conocen los locales, para ahorrar una hora. Un árbol se había deplomado sobre el caño bloqueándonos el paso. Asi que había que subirse y cortar el tronco con un hacha para poder pasar, pero dió la coincidencia que justo en  el punto por el que se debia cortar había un avispero gigantesco, que sobrevivió la caida del árbol. Asi que antes de cortar, Pepe, se dispuso a quemarlo antes, con un bambú y un trapo impregnado de gasolina. Funcionó, pero no evitó que las avispas salieran rabiosas hacia nosotros a defender lo suyo, asi que durante un rato tuvimos que taparnos la cabeza con una toalla por si acaso...

A veces había que machetear sin detenerse para que las ramas inclinadas sobre el río no dañaran el techo del bote.

Amanecer a orillas del Curaray...en "Soledad.
Bonito día en el río, mientras pasamos por una de tantas comunidades. Muchas veces los niños salen corriendo a saludar al "veloz" bote que pasaba.



 No fué lo que inicialmente me esperaba del Curaray, pero al final resultó una muy buena experiencia.